El acceso a la vivienda en Valencia vuelve a estar en el centro del debate político. En esta ocasión, el grupo municipal del PSPV ha planteado una iniciativa llamativa: permitir que los edificios existentes puedan crecer hasta dos plantas más con el objetivo de generar 70.000 viviendas de protección pública (VPP) en la ciudad.
¿Una idea innovadora o una promesa difícil de cumplir?
Según el planteamiento socialista, la medida implicaría revisar el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) para autorizar la sobreelevación en aquellos inmuebles que lo permitan estructuralmente, respetando el patrimonio y la normativa vigente.
Las nuevas plantas se destinarían a viviendas protegidas y los beneficios de su venta o alquiler revertirían en las propias comunidades de vecinos, financiando rehabilitaciones, ascensores o mejoras energéticas.
Sin embargo, más allá de la buena intención, la propuesta abre más dudas que certezas.
¿Hasta qué punto puede garantizarse la seguridad estructural de los edificios actuales?
¿Qué ocurriría en zonas con protección patrimonial o con normativas estrictas de altura?
Y sobre todo, ¿quién asumiría los costes y la responsabilidad técnica de una ampliación de esta envergadura?
Reacciones encontradas y críticas
El equipo de gobierno municipal (PP) ha calificado la medida de “ocurrencia frívola”, señalando que muchos edificios no están preparados para soportar nuevas plantas y que la iniciativa podría chocar con la normativa de protección de fachadas y centros históricos.
Desde el ámbito profesional, arquitectos e ingenieros han recordado que reforzar una estructura existente para añadir altura implica costes muy elevados, especialmente en edificios antiguos o con cimentaciones limitadas. Además, la gestión legal con comunidades de propietarios, permisos y licencias podría convertir la ejecución del plan en un laberinto burocrático.
Oportunidades, sí, pero con pies de plomo
No todo es negativo: la propuesta abre un debate interesante sobre cómo aprovechar mejor el suelo urbano consolidado sin recurrir a nuevas expansiones periféricas.
En teoría, podría favorecer la regeneración de barrios y aumentar la oferta de vivienda protegida sin ocupar más territorio.
Pero, en la práctica, los retos técnicos, económicos y legales podrían convertir la idea en una promesa más política que urbanísticamente viable.
Una reflexión necesaria
La iniciativa del PSPV refleja la urgencia real de encontrar soluciones al déficit de vivienda asequible en Valencia, pero también deja claro que no hay atajos en materia urbanística.
La ciudad necesita planificación a largo plazo, colaboración público-privada y políticas de suelo coherentes, no proyectos que puedan quedar atrapados entre la teoría y la realidad técnica.
En Olimpo Homes, seguiremos analizando propuestas que afecten al futuro del mercado inmobiliario valenciano, apostando siempre por soluciones realistas, sostenibles y técnicamente viables para responder al verdadero desafío de la vivienda.



