A partir del 1 de diciembre de 2025, Valencia activará su Zona de Bajas Emisiones (ZBE), un cambio que redefinirá la movilidad urbana y tendrá consecuencias directas sobre el mercado inmobiliario.
Aunque la medida se centra en reducir la contaminación del aire, sus efectos alcanzarán al valor, la demanda y la percepción de distintos barrios de la ciudad.
Un cambio urbano que se aplicará por fases
La ZBE abarcará 27,8 kilómetros cuadrados, casi toda la ciudad dentro del perímetro comprendido por la Ronda Nord, Tarongers, Serrería y el Bulevar Sud. El Ayuntamiento implantará la medida de forma progresiva hasta 2028, con controles automatizados mediante cámaras y sanciones escalonadas.
- 1 de diciembre de 2025: prohibición de acceso a vehículos sin distintivo ambiental (etiqueta “A”) matriculados fuera de la provincia de Valencia.
- 1 de enero de 2027: la restricción se amplía a los vehículos A matriculados dentro de la provincia, excepto los registrados en la propia ciudad.
- 1 de enero de 2028: aplicación completa: los vehículos A de los residentes tampoco podrán circular dentro del área ZBE.
El Ayuntamiento prevé excepciones para servicios de emergencia, personas con movilidad reducida, embarazadas, familias numerosas y actividades económicas acreditadas. También se podrán solicitar accesos puntuales limitados para casos justificados.
Cómo afectará la ZBE al mercado inmobiliario de Valencia
1. Revalorización de los barrios dentro del perímetro
Los distritos situados dentro de la ZBE —como Ciutat Vella, Eixample, Russafa, Extramurs o Pla del Remei— podrían experimentar una mejora ambiental y acústica significativa. Menos tráfico, menos ruido y aire más limpio aumentarán su atractivo para quienes buscan calidad de vida y cercanía a servicios.
Esta mejora de entorno puede traducirse, a medio plazo, en una revalorización de la vivienda, especialmente en inmuebles reformados o con buena eficiencia energética
2. Aumento de la demanda en zonas bien conectadas
Los compradores e inquilinos valorarán aún más la proximidad al transporte público, carriles bici y parkings disuasorios. Barrios como Benimaclet, Patraix, Campanar o Quatre Carreres podrían beneficiarse de una demanda creciente por su equilibrio entre accesibilidad y tranquilidad.
Además, las zonas limítrofes a la ZBE, que permiten desplazarse fácilmente al centro sin necesidad de vehículo, podrían consolidarse como nuevos polos residenciales.
3. Impulso a la rehabilitación y eficiencia energética
La sostenibilidad urbana será un valor añadido. La implantación de la ZBE refuerza el interés por edificios rehabilitados, con mejoras energéticas y zonas comunes adaptadas al nuevo modelo de ciudad.
Vivir en el centro volverá a ser más atractivo si la vivienda ofrece confort térmico, aislamiento y eficiencia, en línea con las políticas urbanas europeas. Las comunidades de vecinos pueden aprovechar este contexto para acogerse a programas de rehabilitación y ayudas públicas, muchas de ellas aún vigentes.
4. Cambios en los hábitos de movilidad y compra
Los compradores más jóvenes o profesionales urbanos tenderán a priorizar viviendas con buena conexión a pie o en transporte público, reduciendo la dependencia del coche.
Por otro lado, los propietarios con vehículos sin etiqueta “A” deberán adaptarse o considerar soluciones alternativas —aparcamientos periféricos, transporte compartido o incluso mudanza a zonas fuera del anillo—, lo que puede alterar la demanda en algunos segmentos.
5. Hacia una ciudad más habitable (y más valiosa)
La ZBE no solo reducirá la contaminación, sino que puede mejorar la percepción general de la ciudad, atraer inversión y favorecer la repoblación de barrios del centro histórico.
Una València más silenciosa, verde y saludable se traduce en una mejor calidad de vida y, en consecuencia, en un mercado inmobiliario más sólido y sostenible.
Conclusión
La Zona de Bajas Emisiones marca un punto de inflexión en el modelo urbano de Valencia. Más allá de las restricciones al tráfico, supondrá un impulso a la rehabilitación, la movilidad sostenible y la revalorización de las zonas céntricas.
En Olimpo Homes creemos que los próximos años serán decisivos: los propietarios y compradores que sepan anticiparse a este cambio —apostando por eficiencia, ubicación y sostenibilidad— estarán mejor posicionados en el nuevo escenario inmobiliario de la ciudad.



